viernes, 4 de marzo de 2011

Ya tronaste, ¿te puedes llevar con tu ex?

La vida y otras cosas... con un twist de limón


¡Hello, hello! Ya lo sé, estuve muy desaparecida pero afortunadamente fue porque tuve mucho trabajo. Termino de trabajar esta semana y me dispongo a escribir una entrada dedicada a todos mis ex; los buenos, los malos y los feos, con música de mi playlist "Córtate las venas" de fondo, dados los últimos sucesos de mi vida. Relajada, empezando el fin de semana con cigarrito y un pisco con arándano a lado, ¡empecemos!

El tema de hoy es el siguiente. Ya tronaste, ¿te puedes llevar con tu ex? ¿Se vale? ¿Es sano? La respuesta está en cada uno de nosotros dependiendo del tipo de relación que hayan tenido, la duración, el nivel de trauma del truene y finalmente qué tan importante es la persona para nosotros como para que la sigan queriendo tener en sus vida. En mi experiencia, sí se puede. De hecho, me llevo bien con casi todos mis ex y digo casi todos porque con los que no, es porque de plano no se cuajó la amistad pero no porque nos odiemos.

He tenido noviazgos desde los 14 años que duraron desde tres semanas hasta tres años y luego un matrimonio de siete años. Todas fallaron jajajajaja. Digo obvio porque si no estaría con alguno de ellos. De todas estas relaciones me he llevado experiencias positivas y negativas, tanto de la persona como de mí. Aprendí muchísimo de cada uno de ellos y también de mi personalidad, de mis reacciones, de cómo intentar llevar una relación sana y de la magia de la convivencia. Dentro de estas relaciones son realmente pocos con los que sigo teniendo una amistad padre. Por ejemplo, está mi primer novio quien también fue mi primer beso (Awww, ¿música de violines por favor?). No somos los amigos que nos hablamos todos los días pero es alguien sumamente querido. Claro, empezamos a andar cuando éramos unos pubertos pero pudimos dejar atrás las tonterías que cometemos a esa edad y fue incluso el fotógrafo de mi boda. Él ahora está casado con una mujer extraordinaria y me da un gusto enorme cuando sé de él y sobre todo que está feliz. Pasando los años tuve un novio con el que duré como tres años. Fue como que mi primera relación formal con alguien. Igual, estábamos chavos y cometimos errores que nos lastimaron a ambos. Tronábamos y volvíamos una y otra vez hasta que fue definitivo. Con él no tengo relación de amistad no porque no se pudiera dar, sino porque su esposa me no me quiere y pues obvio tiene que darle prioridad a su familia. Es una persona que recuerdo de vez en cuando y le deseo lo mejor porque estuvo en el momento más importante y más feo de mi vida: la muerte de mi mamá. Ahí estuvo, lo sufrió conmigo y se portó a toda madre. La siguiente persona que me marcó fue mi ex marido que por cierto, es el MEJOR ex marido del mundo y chicas, ¡está disponible! Tuvimos un muy buen matrimonio pero desgraciadamente nuestros caminos tomaron rumbos distintos y queríamos cosas diferentes. Claro, todos sabemos que los truenes son feos pero los que hayan pasado por un divorcio saben que es horrible y miren que el mío fue de lo más civilizado, sin abogados y sin pleitos. Tronamos sanamente, sin hacernos daño sólo por joder y si bien también cometimos errores que nos lastimaron, y  que en algún momento quería matarlo, siempre mantuvimos la promesa de que no importara qué, estaríamos el uno para el otro. Diva, ¡gracias por todo, eres a toda madre y sabes que te quiero muchísimo! Finalmente está mi último truene que es tan reciente que todavía está en proceso el ver si podemos y si queremos ser amigos, pero conociéndolo y sabiendo el gran hombre que es, yo creo que sí.

Yo estoy peleada con la idea de que truenas con alguien y acabes odiándolo. A ver, empecemos porque por algo anduvimos con la persona. Al hablar mal del ex automáticamente estamos hablando mal de nosotros mismos. Bien que estábamos todos contentotes en algún momento, ¿no? ¿Entonces por qué hacer cochinadas? Eso no habla bien de nosotros como personas y mucho menos como el 50% de la pareja, y hablando de ese 50%, es precisamente eso. El éxito o fracaso de una relación depende de los DOS. No debemos ir por la vida culpando al otro por el truene, incluso si fue la otra persona quien nos mandó a volar. Sus razones habrá tenido y seguro muy válidas; desde pleitos constantes, que se haya acabado el amor o incluso porque encontró a alguien más que la llene. De eso se trata el noviazgo, de irse conociendo y ver si pueden hacer una vida juntos. Si no se puede pues ni a madrazos. Es increíble cómo hay tantas personas que se enganchan a una relación por miedo a la soledad, por un amor enfermizo o por una cuestión de ego. Ojo, yo soy de las que lucha hasta el final. Busco todas las soluciones posibles para arreglar los problemas pero si decido tronar es porque ya no lo amo, porque ya no le veo por dónde o porque soy la única echándole ganas y el otro no. ¿Para qué luchar por una relación muerta o donde la otra persona ya no quiere estar ahí?

Creo que si uno está bien consigo mismo, con los pies en la tierra, la cabecita bien puesta con la ardilla viva, pero sobre todo, con autoestima y amor propio sanos, el truene lo superamos y el amor que alguna vez se le tuvo a la persona se puede transformar en un amor de amigos, sano, sin maldad (por maldad me refiero a querer cogértelo cada vez que lo ves) y donde ambos puedan echarse la mano y crecer como individuos y como amigos.

Todas, absolutamente todas las personas llegan a nuestra vida por algo. A veces no sabemos en ese momento la razón, pero de todos aprendemos algo, ésa es la función de cada uno de nosotros con los demás como seres humanos. Que nuestra presencia en este mundo sirva para brindar algo, positivo y a veces negativo a la vida de alguien para que el otro, si tiene la inteligencia emocional, tome lo que más le sirva y aprenda. Ahora, si lo traducimos en relaciones de pareja y ya no importa si es un matrimonio, un noviazgo, un fuckfriend o un one night stand, TODOS llegaron por algo y es nuestra responsabilidad hacer una pausa, recapitular la relación, ver los momentos buenos y malos, y tomar lo mejor de ella para ver en qué la cagamos y no repetirlo en nuestras próximas relaciones, y también para identificar focos rojos. Dentro de este mar con tantos peces de dónde escoger, a veces ya ni sabemos qué buscamos en una pareja pero podemos empezar por saber lo que no queremos, para que la próxima vez que nos haga chucupúm el corazón por alguien identifiquemos por qué es. Todos tenemos un "tipo de persona" que nos gusta más que otro, sin embargo hay que tener cuidado que si vemos esos focos rojos; esas cosas que tanto nos cagaban del otro o que son patrones destructivos, no nos quedemos por miedo a la soledad, porque está bien buenote o buenota, por estar enculados o simplemente por necedad.

Cuando estamos involucrados en una relación que no es sana pero tratamos de aferrarnos a ella es cuando se vuelve más difícil que después pueda haber una amistad. Pueden venir reproches, frustración, infidelidad, presión, egoísmo, llevar la contraria nada más por joder, control de la relación y de la pareja, y chantaje. "Es que yo que tanto te amo, ¿cómo puedes hacerme esto?" ¿Les suena familiar? ¡Claro! Todos hemos pasado por una relación así, el chiste es aprender a no volver a caer y aprender a identificar esos focos rojos y decir, esto no me gusta, ¿se puede arreglar? Bien, si no, ¡hasta la vista baby! Y por supuesto que es más fácil decirlo que hacerlo (paréntesis musical, escuchen la canción y no, no es de U2, es de Morcheeba "Easier Said Than Donehttp://www.youtube.com/watch?v=83bddX72owI). ¡Claro que cuesta trabajo y un chingo! Carajo, estás en un lugar rico y calientito y de pronto, madres, ¡ya valió! No sé qué sea más difícil, si tomar la decisión de tronar a alguien o que te truenen, creo que depende de cada uno pero de que es un trancazo, lo es; ya sea porque sabemos que vamos a lastimar a alguien o porque nos están lastimando.

Gente, vivimos en un mundo cínico, de constante competencia, de reglas donde tenemos que encontrar nuestros propios límites, un equilibrio y a veces nadar contra corriente. Me voy a ver muy amor y paz pero ¿por qué es tan difícil llevarnos bien con los demás? ¿Por qué nos cuesta tanto dejar las cosas atrás, quedarnos con los buenos recuerdos y seguir adelante? Si el ex fue en su momento una persona importante, que nos amó, que no nos causó daños irreparables como en los casos de violencia física o psicológica entre parejas, al superarlo, olvidarlo o como le quieran llamar, ¿por qué no podemos ser amigos? No saben qué rico es tener a una persona que tanto te conoce, incluso más que tus mejores amigos, y poder contar con ella cuando tienes un problema o incluso para platicarle lo feliz que estás en una nueva relación. Sí se puede y creo que es sano. También existe la posibilidad que en las nuevas relaciones a la pareja le den celos el ex. Aquí es otro tema pero hay que ver por qué está el conflicto. ¿Estamos poniéndole más atención al ex que al actual o hay maldad? Si no es así, entonces platíquenlo y si de plano no soportas a la bitch, buscar un punto medio donde no se tenga que a tener que escoger entre una persona o la otra. ¡Qué desgastante y qué feo no poder llevarte sanamente con una persona porque tu pareja te hace panchos! Es cuestión de confianza... una vez más, otro tema.

Cierro esta entrada recomendándoles reflexionar sobre sus relaciones pasadas y actuales. ¿Qué les lastimó, qué les gustó, qué hicieron ustedes, qué aprendieron y qué les falta por aprender? Con base en eso pregúntense si se puede tener una amistad y claro, sólo si quieren porque también se vale que no les interese tener al ex en su vida, ¿por qué? Pues porque no se les hincha y punto, pero de que hay que sacarle jugo a la experiencia, hay que sacárselo... jugo... ¡a la experiencia! Jajajajajaja perdón por la guarrada. Tengan un excelente fin de semana, diviértanse mucho, si toman no manejen y si se encuentran a un ex, espero que puedan mínimo saludarse con gusto.

¡Bendiciones!

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