miércoles, 26 de enero de 2011

¿Por qué no sabemos comunicarnos?


La vida y otras cosas... con un twist de limón
¡Hello, hello! Híjole, ahora sí me subieron la vara muy alto porque varios de ustedes me dijeron que estaban ansiosos de leer el blog de la semana. Espero no defraudarlos.

El batazo emocional de esta semana tiene que ver con la comunicación y por dos razones: porque lo estoy escribiendo en miércoles que es el día de Mercurio/Hermes, el mensajero de los Dioses, y por ende, el mejor día para llevar a cabo la comunicación. A todos los comunicólogos, escritores, intérpretes traductores y del tipo, ¡feliz miércoles! Y porque acabo de sufrir las consecuencias de una mala o falta de comunicación.

Dados ciertos acontecimientos que me sucedieron en estos últimos días como el rompimiento de una relación, consideré pertinente hablar sobre la comunicación, ya que según yo, ése fue el problema principal. Ya saben que soy una nerda y empezaré con las definición de comunicación pero esta vez se las daré en esperanto, total, es el idioma "universal", ¿no? Completamente ad'hoc al tema que estamos viendo: Komunikado (de latina: communicare, «fari komune») signifas interŝanĝo de informo inter personoj aŭ maŝinoj. Pues está muy claro, ¿no? ¡¡¡NOOOOOO!!! Está del carajo comunicarse porque a veces queremos decir zanahoria y nos entienden piña. ¿Qué está sucediendo estos días que simplemente no podemos comunicarnos y mucho menos, con nuestros seres queridos?

Creo que son varias cosas y las iré desgranando poco a poco para que la herida se abra más y más y la sal penetre hasta cocernos al dente, porque sí gente, esto nos llega a todos y TODOS la estamos regando gachísimo. Empecemos porque nuestro "sentido común", que es de hecho el menos común de todos, nos dice que cuando estamos externando un punto de vista, una reclamación, un halago o una petición, nos están entendiendo exactamente lo que queremos proyectar. Jajajajajajajaja sí wey, ¡ajá! You say tomeito, I say tomato (para que lo lean como se pronuncia según la famosa canción). Va más allá del tomeito y el tomato porque incluso parecería que estamos hablando idiomas diferentes. ¿Por qué coños nos cuesta tanto trabajo encontrar la comunicación con alguien? Según mis experiencias, recientes y pasadas, es por lo siguiente que decidí enumerar para ver si me explico mejor, ergo, me comunico:
  1. El ego. Ay, el ego, tan hermoso él y tanto que nos protege del miedo y de los demás, pero es un arma de dos filos cuando dejamos que el ego reaccione y hable por nosotros. Al momento que nos dicen algo que no nos gusta, nos cerramos, bajamos la cortina, cruzamos piernas y brazos, y dejamos que el otro hable como merolico. Como ser humanos, si no tenemos la suficiente inteligencia emocional, cuando alguien nos habla sobre algún defecto o una actitud que podríamos mejorar, algo que les gusta de nosotros, en automático entra el bloqueo, cuando si la persona lo hizo con sensibilidad y cariño, debe tomarse como una retroalimentación positiva y no un ataque. Yo mando una silla y me responden rompiéndome la silla en la cabeza. Si es una discusión, estoy mandando una granada pero me responden con el misil nuclear. ¿Por qué? Porque a las personas que les falta inteligencia emocional, sus alzados egos no les permiten que entre la retroalimentación para poder mejorar una situación en problemas y por lo general acaban haciendo lo que explicaré en el siguiente punto.
  2. La competencia de quién es peor. "¿Ah sí? ¿No te parece esto de mí? ¿Y qué hay de ti? Tú eres bla, bla, bla. A ver, ¿qué les hace pensar que si alguien les está comunicando un sentimiento lo más correcto, inteligente y lógico es contestar atacando a la persona? Se dice que hasta el animal más dócil saca el zarpazo cuando se siente acorralado, y aquí viene la segunda explicación, el acorralamiento. Se pierde la comunicación en el momento que uno se siente atacado, acorralado en una esquina, burlado, expuesto frente a otras personas o peor aún, frente a sus propios demonios que ésos, ahí viven, siguiendo nuestros pasos y recordándonos los imperfectos que somos. Entonces es obvio, en nuestras cabecitas sentimos un ataque y contestamos "es que tú también eres..." ¿Qué hacer en estos casos? Escuchar lo que tengan que decir, hablar del punto y si quieren entonces sacar los trapos del otro, hacerlo como un argumento separado, no en el mismo porque se convierte en pleito.
  3. El no decir las cosas para evitar conflictos. ¡Ouch! Esto va directito a mí porque yo soy la típica en callarme las cosas. Digo, se trata de que todos le entremos, ¿no? A algunas personas les gusta el conflicto, a mí no y me cuesta mucho trabajo entrar en confrontación, por lo que muchas veces me callo las cosas y claro, se van acumulando, exploto y la pobre persona no sabe ni de dónde le llegó el trancazo. Esto es típico de las mujeres. Empezamos a discutir y sacamos pleitos de un año atrás ¿o me equivoco? Neta pobres hombres, se las hacemos a cada rato y no saben de dónde salen tantas cosas. Gente, si algo ya por fin me quedó bien claro y se los comparto es que si no están a gusto con algo, díganlo en el momento. Busquen el lugar y el momento adecuados, respiren hondo, busquen palabras sencillas, sean sensibles, traten de no usar palabras como "nunca" y "siempre", y sobre todo, hablen de lo que sienten, no de lo que la otra persona hace; por ejemplo, "siento que nos estamos alejando" en vez de "ya no me pelas como antes". ¿Entienden a lo que me refiero? Qué diferente es decir cómo nos sentimos, calmados y con respeto, a que automáticamente le echemos la culpa al otro.
  4. Cada persona es un mundo y percibimos la información de distinta manera. Ya había comentado en otro blog que se dice que de la información que recibimos, 10% es real y el 90% es cómo la percibimos. Los hombres y las mujeres se complementan, ¿por qué? Porque somos muy diferentes y en cuestiones de comunicación, incluso más. No quiero generalizar, pero muchas veces a los hombres les cuesta más trabajo expresar sus sentimientos y a las mujeres nos da verborrea. ¿Qué pasa cuando el hombre no quiere hablar y la mujer sí? El hombre pretende escucharla, le da el avión o de plano la corta en frío, y bueno, con esto ya se armó, empiezan las discusiones, pleitos y demás. En general, hombres y mujeres, si están muy alterados, no es el momento de hablar porque no habrá comunicación, sólo palabras hirientes y una gran barrera de hielo entre ambos. Lo mejor es calmarse, respirar y dejarlo para otro momento, pero pronto, no dejarlo pasar.
  5. Hay que saber escoger nuestras batallas con sabiduría. A todos nos ha pasado que nos levantamos con ganas de pelear. ¿Realmente vale la pena sacar estupideces o cosas del pasado sólo por hobby? Se debe comunicar lo que está causando un conflicto en el momento, por eso no hay que dejarlo pasar o podemos caer en el "síndrome del pleito de hace un año".
Ah pues sí, suena a toda madre, fácil, ya soy toda una máster en comunicación. Ni madres. Es muy difícil porque, una vez más, cada persona es un mundo; cada persona reacciona diferente ante pláticas, argumentos, debates, discusiones, confrontaciones y pleitos. Se trata de que se mantenga siempre en pláticas y argumentos, a veces debates mientras se mantenga el respeto de opinión, pero siempre tengamos presente que lo último a lo que queremos llegar es a la discusión, la confrontación y el pleito. Esto va para todos. Hay veces que no queremos hablar y mucho menos de la misma cosa una y otra vez, pero si estamos cayendo en ese remolino, preguntémonos por qué se está repitiendo el tema. Hay de tres sopas, o no nos estamos dando a entender, no quieren entender o simplemente les vale madres lo que tenemos que decir, por mucho que lo hagamos de una manera respetuosa. Cuando esto sucede, no hay comunicación y debemos preguntarnos si vale la pena seguir buscando un entendimiento entre las partes o si lo mejor es que cada quien tome su camino y sea feliz.

Recuerden que todo puede y debe hablarse. Hoy en día no deberían de haber tapujos. La comunicación no sólo es verbal, también es corporal. Un gesto, un ademán, una cruzada de brazos, un beso, el sexo, una mirada a los ojos, un suspiro de impaciencia, una sonrisa, dicen más que mil palabras. Mi opinión es que en vez de sólo oír palabras, escúchenlas antes de interrumpir. En vez de ver el lenguaje corporal, observen conductas, patrones y comportamientos. En vez de sólo poner atención, perciban las emociones. Si sienten que están siguiendo estos pasos y la contraparte no, entonces valoren si realmente vale la pena seguir rebotando la pelota contra la pared o si verdaderamente están jugando tennis.

¡Bendiciones!

jueves, 20 de enero de 2011

¿Monogamia o fidelidad?


La vida y otras cosas... con un twist de limón


¡Hello, hello! El blog de esta semana tiene que ver con un tema que he platicado varias veces y con diferentes personas; tanto hombres como mujeres de diferentes edades y generaciones, y se trata sobre la monogamia, si existe, si es natural o si es tan sólo un invento de la sociedad.

Empiezo por definir la palabra monogamia según la Real Academia Española: [(Del lat. monogamĭa, y este del gr. μονογαμία). 1. f. Cualidad de monógamo. 2. f. Régimen familiar que veda la pluralidad de esposas]. Con base en esta definición, reitero mi opinión sobre la monogamia: el ser humano no es monógamo por naturaleza. ¿Por qué? Estamos hablando de "régimen familiar" y de "esposas", lo que automáticamente nos habla de un aspecto social y quizás hasta antropológico. ¿Pero qué pasa si lo analizamos desde el plano animal? Gente, somos animales y sí, hay muchas cosas que nos diferencian de ellos, pero finalmente somos animales y la cadena, para los que ya olvidaron sus clases de Biología, va así:

Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Primates
Familia: Hominidae
Tribu: Hominini
Género: Homo
Especie: Homo sapiens

Quiero mencionar que esta opinión viene de estar pensando en el ser humano como animal mamífero y cómo actúa instintivamente, por eso es que puse la cadena. Al compararnos con otros mamíferos como un perro, ¿qué sucede? El macho siempre está listo para pelear por las perras que sean necesarias y preñarlas cada que pueda. La hembra, por el otro lado, entra en celo aproximadamente dos veces al año y aceptará al macho que se vea más fuerte o con los mejores genes para mejorar la especie o por supervivencia, pero no se cruzará con el mismo perro si, al igual que el macho, ella tiene más o mejores opciones. El ser humano también tiene opciones. Si fuéramos naturalmente monógamos, nos casaríamos/reproduciríamos con nuestro primer novio/a... ajá... acuérdense y sientan cómo se les paran los pelitos de la nuca (aunque yo la neta no podría quejarme si hubiera sido así porque mi primer novio es una gran persona). Estaríamos toda la vida con esa persona y jamás habría alguien que nos tentara a siquiera tener un pensamiento sexoso. La realidad no es así, incluso cuando ya estamos con la persona que queremos "para toda la vida", los HOMBRES y las MUJERES siempre tendremos tentaciones y fantasías con otras personas. Entonces si esto nos sucede, ¿por qué la sociedad nos dice que tenemos que ser monógamos si es algo que va en contra de nuestra naturaleza como animales mamíferos que somos?

Si regresamos en el tiempo y nos vamos al imperio romano, no sólo era bien vista la poligamia, sino también la bisexualidad; que de hecho, era mejor aceptada entre hombres que entre mujeres. La sociedad aceptaba también la pedofilia... pero bueno, ése es otro tema y por muy romanos o lo que sean, yo nunca estaré de acuerdo con eso ni soy pro Calígula. El punto al que quiero llegar es que la monogamia o la poligamia no quieren decir que estén bien o estén mal, una u otra. Se dice que lo "normal" es lo que la mayoría de la gente hace, pero eso no quiere decir que sea lo mejor, ergo, que la monogamia sea normal. Para mí no lo es y con esto tampoco estoy sugiriendo ni recomendando la promiscuidad en ninguna de sus variantes, finalmente cada quien sus nalgas. Tan sólo estoy diciendo que nuestra naturaleza e instinto es polígamo, no monógamo, y creo que si podemos entendernos desde un punto de vista más animal, orgánico y genético además de social, podríamos salvar más parejas y matrimonios. Siempre he pensado que si actuamos más animales en algunas situaciones seremos mejores humanos.

El sabor de lo prohibido es excitante. Si te están diciendo que debes ser monógamo, el gusanito de ver qué hay afuera es más fuerte, pero si la constante no fuera así, estoy segura que no habría tantas tentaciones que pueden resultar en infidelidades, porque aquí entra lo que es la fidelidad. Monogamia no es lo mismo que fidelidad.

Con esto quiero terminar. Cuando uno está completamente feliz con su pareja, cuando se complementan, se llenan, se procuran, se respetan, se aman, se dan su espacio o cual sea la dinámica sana de cada pareja, hay fidelidad y el hecho de que no seamos monógamos no quiere decir que vayamos por la vida acostándonos con cuanta persona nos atraiga, para nada. Lo que quiero ofrecer es un punto de vista distinto. No somos monógamos, pero podemos ser fieles y ahí sí por decisión propia. Así que la próxima vez que vean a una chava o a un tipo que les mueva el tapete cañón y les haga tener sueños húmedos, recuerden que su pareja puede estar pasando por exactamente lo mismo... no la descuiden, escúchenla, procúrenla, cedan sin sacrificar, y si hay conflictos, vuelvan a ganársela porque uno nunca sabe si alguien más vivales puede acabar ganándosela.

¡Bendiciones!

lunes, 10 de enero de 2011

¿Cómo nos recuperamos de una pérdida?

La vida y otras cosas... con un twist de limón

¡Hello, hello! ¿Qué tal la primera semana del año? Por fortuna yo lo empiezo con mucho trabajo y para una workaholic como yo, es una bendición. Espero que los Reyes Magos, Befana o en quien ustedes crean les hayan traído mucha paz, amor, salud, abundancia y prosperidad. ¡Que así sea!

Si bien el blog pasado estuvo más divertido y cachondón, el de esta semana es más serio y profundo, y tiene que ver con la pérdida; la pérdida de una pareja, de un familiar, de un amigo, de una mascota, pero finalmente, la pérdida de nosotros mismos en este camino empedrado que llamamos vida, al momento de sentir que perdimos a alguien. ¿Por qué digo "sentir que perdimos y no simplemente perdimos"? Porque la realidad es siempre relativa. Si cada persona es un mundo; por ende, cada realidad también lo es, lo que automáticamente invalida su definición como realidad. Se dice que el 10% de un hecho es real y el 90% restante es cómo cada quien lo percibe. Lo vivimos a diario cuando tenemos una discusión con alguien y uno piensa una cosa, mientras que el otro asimiló y percibió algo muy distinto. Con base en esta idea repito, ¿qué hacemos cuando sentimos que perdimos a alguien? Empezaré dividiendo las pérdidas en tipos.

Primero tenemos la pérdida más ligera que es cuando nos hacemos chaquetas mentales. ¿A qué me refiero? Andas con alguien, te entregas en cuerpo, corazón y alma, y la otra persona ni te pela, igual y sólo te busca para coger o desahogarse de los problemas cotidianos, y a veces ni eso. Eres una velita prendida más sobre su altar hasta que finalmente se aburre de ti y te manda a volar, encuentra a alguien que sí le interesa o simplemente no te vuelve a hablar. ¡Ojo! Esto aplica a hombres y a mujeres. Si reinitas, no sean hipócritas ni mustias porque también podemos ser bien cabronas y abusivas con los weyes que mueren por nosotras. Recuerden que no hay un cabrón sin un pendeja y viceversa. ¿Pero qué sucede? Nos tiramos al drama porque "perdimos" a la persona que tanto amábamos. A ver gente, no se puede perder algo que nunca se tuvo. En nuestra cabecita nos inventamos una relación inexistente y lo peor es que nos entregamos por completo a alguien que no merecía tanto. No traten como prioridad a quien sólo los trata como opción.

Segundo tipo de pérdida; el pleito. Esta pérdida aplica para todo tipo de relaciones; amigos, pareja, familiares, etc. Nos agarramos del chongo por equis razón y prometimos jamás volverle a hablar por ser una maldita persona hijadepú. ¿Suena familiar? Ajá, ¿y les suena todavía más familiar que la maldita persona hijadepú también tiene su versión de los hechos y que probablemente tú acabaste siendo más hiriente o más soberbio? ¡Ah! Por lo general somos tan ególatras que sólo vemos de la punta de nuestra nariz hacia adentro, pero no nos ponemos en los zapatos del otro y lo peor, incluso sabiendo que a veces nosotros tuvimos la culpa, no nos acercamos a pedir perdón por orgullo, pena o porque nos vale. Recuerden, en esta vida se trata de sumar, no de restar. En este rubro entra también el rompimiento con una pareja. La pareja viene de "par", o sea de dos. No se puede echar toda la culpa del fracaso al otro porque no es una relación masturbatoria, son dos dentro de una relación; un par y como tal, ambos tienen la culpa de una cosa o de otra. "El malo es él porque me pega". Pendeja, ¿por qué sigues con él? ¿Ven a lo que me refiero?

El tercer tipo de pérdida es la pérdida física de un ser querido. Aquí sí ya es otro boleto. La muerte nos hace tener una montaña rusa de sentimientos en un tiempo relativamente corto, lo sé por experiencia. Yo perdí a mi mami hace 12 años en un accidente verdaderamente estúpido y a mi papá... bueno, no se murió pero no figura en mi vida, entonces para el caso es lo mismo. Cuando alguien muere, primero sentimos un dolor insoportable, una tristeza que estamos seguros de que nunca podremos superar, una depresión que incluso nos hace pensar en el suicidio para estar con el ser querido. Este sufrimiento después se convierte en ira, en odio hacia la persona. ¿Por qué me dejaste solo en este mundo? ¿Cómo te atreviste a dejarme con este dolor? ¿Por qué fuiste tan pendejo y te mataste así? Aquí también nos enojamos con Dios (para los que creen y aplica a ser/es superior/es de su elección), con los demás, con nostros mismos... estamos en un lugar muy oscuro. Después de la ira empezamos a percibir con un poco más de claridad y volvemos a llorar, pero con resignación. Nos cae el veinte de que la persona no está físicamente y la extrañamos muchísimo, pero entendemos que la muerte es parte de la vida y que además nadie se salva; TODOS NOS VAMOS A MORIR. Finalmente, llega el punto donde aprendemos a llevar una vida feliz y sana. No dejamos de extrañar a nuestros seres queridos y en ocasiones les lloramos, sobre todo en eventos especiales. Dependiendo de las creencias de cada quien, incluso nos reconforta el hecho de saber que algún día volveremos a estar juntos. Ahora, esta pérdida no se limita a humanos. Si son como yo, la pérdida de una mascota entra igual, incluso si al otro día tienen otra, nunca podrá reemplazar a la que se fue. Yo no puedo imaginar mi vida sin mis gatos, pero soy realista, algún día se irán y sé que me dolerá.

Finalmente, y la más peligrosa, es la pérdida de nuestra identidad, que sucede al sufrir cualquiera de las anteriores. A veces somos tan egoístas que nos preocupamos sólo por nuestro dolor y nos vale queso si la otra persona también resultó herida, si la persona que murió estaba sufriendo mucho o si en realidad nosotros éramos stalkers obsesivos y no que la otra persona no nos pelara. ¿La neta? A quién le dan pan que llore, pero también se hartan de tener a sus perritos falderos, ¿eh? Todos nos hartamos... Con esto en mente, defino la pérdida de nuestra identidad con las siguientes preguntas para que cada quien se las conteste, si aplica. Si por lo general somos buenas personas, ¿por qué nos volvemos súper culeros cuando nos peleamos con alguien? Si por lo general somos personas fuertes ante circunstancias difíciles, ¿por qué no aceptamos a la muerte como lo que es; un suceso inevitable, y recordamos al muertito con gusto y alegría? Si por lo general hablamos de querer tanto a una persona, ¿por qué dejamos que nos pisen una y otra vez? ¡Pues porque no nos queremos y no podemos querer a alguien sanamente si no nos queremos a nosotros primero!

Ah pues sí, qué chido, se oye fácil pero entonces, ¿cómo le hacemos para recuperarnos de una pérdida? Para todos los tipos de pérdida mi opinión es:
  1. No darle el poder de nuestra felicidad, ira o tristeza a las acciones de alguien más. El dolor es inevitable, el sufrimiento es una opción y sólo nosotros debemos darnos el poder de ser felices o no.
  2. Perdonarnos a nosotros mismos para perdonar a los demás.
  3. Aceptar que TODOS llegan a nuestra vida para enseñarlos algo, pero eso no quiere decir que deban quedarse para siempre.
  4. ¡Desapego! Analizar la raíz de por qué no podemos funcionar sin la presencia de la otra persona. La culpa no la tiene el otro, la tienes tú porque sólo tú eres responsable de tus actos.
  5. Meterse bien en la cabeza que la vida no sólo es corta, es un proceso lleno de pruebas. El Universo JAMÁS nos pondrá una prueba que no podamos pasar y sí, cada vez las pruebas son más duras. Evolucionar se trata de eso.
Para terminar, quiero incluir como último punto de cómo recuperarnos de una pérdida, simplemente siendo felices. ¡LA VIDA ES UN REGALO Y ES DIVERTIDÍSIMA! Nunca hay una segunda oportunidad para una primera impresión; en otras palabras, cada día que pasa no se repetirá. Se nos dice que vivamos hoy como si fuera el último día. Bla, bla bla, yo no lo creo porque si supiera cuándo me voy a morir no haría lo que hago todos los días, ¡coño! Me la viviría diario con mi familia y amigos, no persiguiendo la chuleta de sol a sol y tirar la hueva frente a la tele o la computadora; sin embargo, sí puedo decidir cada día si quiero ser feliz o no, con mis amigos o con mi hueva.

Una vez alguien me dijo algo que cambió mi vida en ese instante. En una de mis crisis me preguntó: ¿Ale, cuál es la mejor venganza (contra la gente, la vida, Dios, etc.)? Yo mientras erróneamente pensaba en mil y un maldades, me contestó: "vivir bien".

Se los dejo de tarea.

Bendiciones.

martes, 4 de enero de 2011

¿Eres sexualmente compatible con tu pareja?

La vida y otras cosas... con un twist de limón

¡Hello, hello y feliz 2011! Espero que la hayan pasado tan padre como yo, que hayan recargado pilas y que estén llenos de energía para empezar el año gregoriano con todo. En mi primer blog del año hablaré de sexo. ¡Yeah baby! ¿Hace calor o sólo soy yo? La neta, ¿a quién no le gusta hablar de sexo? A todos y a todas nos encanta, incluso a las personas más penosas, que igual y se hacen de la boca chiquita pero seguro se esconden para leer algo relacionado con el sexo, ¿o me equivoco? 

El tema de sexualidad de este blog tiene que ver con la compatibilidad sexual. Cabe mencionar que no soy psicóloga, sexóloga ni terapeuta certificada, tan sólo soy una humilde intérprete traductora y hablo desde mi punto de vista según experiencias propias y de los demás. Entonces, ¿qué es la compatibilidad sexual? Yo creo que cada quien tiene su propia definición. Para algunos puede ser llegar al orgasmo, mientras que para otros más exigentes como yo, encontrar una pareja sexualmente compatible es bastante difícil, ya que para mí una buena experiencia cubre muchos ángulos, no es solamente un acto sexual de minutos y terminar si bien me va. Además que siguiendo distorsionadamente al gran Emiliano Zapata, el orgasmo es de quien lo trabaja.

Empiezo separando los actos sexosos; tener sexo, coger y hacer el amor son tres cosas MUY DIFERENTES, pero al mismo tiempo, complementarios en una relación sexualmente compatible. Seamos sinceros, no es cierto que siempre hacemos el amor, sobre todo cuando estamos mega cansados o sin muchas ganas echar passion. Para mí, eso sería tener sexo. Pum pum, pas y se acabó, a dormir, sin darle tanta importancia al orgasmo, aunque no quiere decir que no sea rico. Podemos tener sexo sin terminar y la experiencia puede ser de lo más rica. Otras veces cogemos. ¿Qué es coger? Para mí, se trata de sexo pero con mucha intensidad; con más ganas, cuando es más carnal y animal, cuando no estás esperando velitas y vinito, o el beso apasionado de horas y mirarse a los ojos. No, coger es cuando nos arrancamos la ropa, cuando rasguñamos, cuando gritamos, cuando la cama se mueve tanto que acaba en la sala o los vecinos te ven raro al otro día, y a veces también cuando estamos más abiertos a aventarnos a experiencias nuevas que igual y jamás pensamos hacer por pena o pudor. Hacer el amor es una experiencia espectacular donde dos personas se conectan a un nivel más profundo, donde se intercambian almas, donde la energía de ambos se entrelaza, donde no existe nada más que ese momento y esa persona con la que estás. Es el momento más mágico y sublime que puede vivir una pareja; de verdadera complementación y entrega total. Creo que todos pueden notar ya la diferencia entre las "tres formas de amar" porque TODOS y TODAS las hemos vivido, incluso las personas que llevan años de casados o sólo han estado con una pareja sexual. No siempre estamos de humor para el sexo, para coger o para hacer el amor.

Con base en estas explicaciones, podemos ahora preguntarnos, ¿qué es la compatibilidad sexual? Según yo, una persona compatible sexualmente conmigo es aquélla donde ambos nos sentimos cómodos y abiertos al tener sexo, al coger y al hacer el amor. Sí, las tres cosas. Si falta una, ya no me es compatible. Neta hay algunos weyes que me pude haber ahorrado la experiencia porque fue tan equis que se quedó en sexo y además a veces patético. No se preocupen, no los nombraré. Obviamente estas personas entran en el sexo y ya, bueno o malo. Luego está tu pareja maravillosa con la que haces el amor precioso y espectacular... ajá, ¿y luego? ¿Qué pasa cuando queremos más pasión y la otra persona no tiene ganas y es un sushi en la cama? (Para los que no sepan los que es eso, es como si estuvieran con un pescado muerto; medio necrófila la onda). Se queda atorado en la parte romántica shalalá, pero hace falta algo. Y luego claro, lo más peligroso (al menos para mí), cuando te encuentras con esa persona que te hace ver estrellas, que te hace sentir como nadie, que es anatómicamente perfecta a tu cuerpo y te hace sentir cada parte de tu ser corporal, espiritual y etéreo... que con sólo recordar la experiencia la temperatura aumenta, el corazón late a punto de la taquicardia y nuestras terminaciones nerviosas responden en un segundo como si estuviera frente a nosotros. ¿Por qué lo considero el más peligroso? Porque es muy fácil confundir estar ENCULADO con estar ENAMORADO (y según comentarios, hombres, ¡ojo!). El acto sexual es tan maravilloso que automáticamente pensamos que somos compatibles, pero no necesariamente. En ocasiones sucede que lo único que pasa es que cogemos con un gran fuckfriend pero nunca hacemos el amor porque una o ambas partes no están interesadas en llegar a ese grado de intimidad; sin embargo, la experiencia es tan placentera que se puede confundir con estar enamorado o con hacer el amor. ¡Aguas! No hay que olvidar que enculado no es lo mismo que enamorado porque incluso aunque exista una buena amistad, no hay intimidad ni compromiso.

Ahora, respóndete la pregunta, ¿eres sexualmente compatible con tu pareja? ¿Puedes tener esa apertura sexual? ¿Puedes tener la comunicación como para decirle, tengo ganas o no tengo ganas, o se me antoja esto... se me ocurre experimentar aquello? Hablar de sexo con la pareja, ya sea formal o no, no es fácil. Es un tema muy delicado que por cuestiones culturales, por pena o por miedo a lastimar egos, muchos no se atreven a expresar sus sentimientos y necesidades. Si nos abrimos de una manera sana, sensible e inteligente podremos llegar a tener la comunicación sexual que tanta falta nos hace y evitar así relaciones destruidas o infidelidades causadas por insatisfacción sexual... dejar de ser una estadística fallida más... 

Soy de la opinión que la compatibilidad empieza desde uno mismo; desde el amor propio hasta el sexo, tenemos que saber qué nos gusta y qué no. La manera más fácil de saberlo es conociendo nuestro cuerpo. ¿Cómo saben que no les gustan las manzanas si nunca las han probado? Y esto va para ambos, mujeres y hombres, que desgraciadamente en esta sociedad y en este país tan retrógrada, todavía a muchos se les educa de una manera cerrada donde el sexo y la masturbación siguen viéndose como un tabú o un asunto pecaminoso y prohibido, castigado por Dios, y donde el hombre no sabe cómo satisfacer a una mujer. Para los que creen en Dios, si es tan misericordioso y buena onda como dicen que es, ¿creen que sería tan cruel como para darles un clítoris y un punto G si fuera pecado sentir placer? Y hablando de tabúes, uno que se me hace más peligroso todavía es aquel donde se cree que el sexo se acaba con la edad. Estoy totalmente de acuerdo que la pasión desenfrenada del inicio de una relación va disminuyendo pero no por eso debe desaparecer el sexo. He comprobado, como víctima de esa idea tonta y platicando con hombres y mujeres, que se piensa y peor aún, se ACEPTA que el sexo y la pasión se terminan al paso del tiempo y con la edad. Carajo, ¿por qué tiene que ser así? Si seguimos esa idea, por supuesto que desaparecerá. No voy a entrar al tema de disfunción eréctil o problemas fisiológicos; hablo de enfermedades sociales y psicológicas. A mucha gente se le hace grotesco y asqueroso el hecho de que las personas de la tercera edad tengan relaciones sexuales. A mí se me hace más abominable amar a una persona y resignarme a que la pasión, y por ende, el sexo, terminen o se practiquen cada luna azul sólo porque todo mundo lo dice. Yo lo viví y por esa razón me propongo no volver a pasar por eso. ¡Hay que reinventarnos, experimentar, pensar fuera de la caja!

Si estás de acuerdo con esta idea, ¿crees que tu pareja también lo esté? Este tipo de compatibilidad creo que puede ser incluso más fuerte que la técnica sexual o el tamaño del pene (porque el tamaño SÍ importa; quien diga lo contrario no conoce o está siendo buena onda) porque de nada sirve estar con un dios o una diosa sexual si sus libidos no están en el mismo canal (nota gramática/cultural: se pronuncia libido, sí, como lo pronuncia Kurt Kobain en Smells Like Teen Spirit y es femenino; la libido, no líbido).

Creo que en el sexo TODO se vale mientras las partes, cualesquiera que éstas sean, estén de acuerdo mientras no se involucren a niños, animales o personas que no estén sanas de sus facultades mentales, sin importar la edad, como para decidir si quieren participar en el acto o no. De ahí en fuera que cada quien haga de su cola un papalote, como se dice vulgarmente.


Un gran amigo una vez me dijo: "Ale, no aconsejes, tan sólo expresa tu opinión, ya que directa o indirectamente tu consejo puede repercutir en la decisión de alguien que no siempre es la correcta para todos, lo que automáticamente te vuelve responsable del resultado". Así que termino este blog con la siguiente opinión para hombres y mujeres: ¡tengan sexo, cojan y hagan el amor! ¿Cuándo? ¡Cada vez que así lo deseen! A los que tienen una relación de tiempo y han perdido la chispa; encuéntrenla, mediten juntos, vuelvan a romancear como lo hacían en un principio, rescaten la pasión y experimenten cosas nuevas. A los que empiezan una relación, no pierdan la chispa, no dejen que el aburrimiento destroce uno de los ingredientes tan importantes de la relación. Cuando empiecen a sentir que la pasión disminuye o sea "otra vez pan con lo mismo", deténganse un momento y no se dejen llevar por lo que dicen que es "normal". ¡Rompan tabúes y disfruten! Y para los que no tienen pareja, es el momento perfecto para conocerse; conozcan su cuerpo, qué les gusta y qué no para que cuando llegue la persona compatible se diviertan como nunca. Tener sexo, coger y hacer el amor también se empieza con uno mismo.

¡Bendiciones y feliz 2011!