lunes, 10 de enero de 2011

¿Cómo nos recuperamos de una pérdida?

La vida y otras cosas... con un twist de limón

¡Hello, hello! ¿Qué tal la primera semana del año? Por fortuna yo lo empiezo con mucho trabajo y para una workaholic como yo, es una bendición. Espero que los Reyes Magos, Befana o en quien ustedes crean les hayan traído mucha paz, amor, salud, abundancia y prosperidad. ¡Que así sea!

Si bien el blog pasado estuvo más divertido y cachondón, el de esta semana es más serio y profundo, y tiene que ver con la pérdida; la pérdida de una pareja, de un familiar, de un amigo, de una mascota, pero finalmente, la pérdida de nosotros mismos en este camino empedrado que llamamos vida, al momento de sentir que perdimos a alguien. ¿Por qué digo "sentir que perdimos y no simplemente perdimos"? Porque la realidad es siempre relativa. Si cada persona es un mundo; por ende, cada realidad también lo es, lo que automáticamente invalida su definición como realidad. Se dice que el 10% de un hecho es real y el 90% restante es cómo cada quien lo percibe. Lo vivimos a diario cuando tenemos una discusión con alguien y uno piensa una cosa, mientras que el otro asimiló y percibió algo muy distinto. Con base en esta idea repito, ¿qué hacemos cuando sentimos que perdimos a alguien? Empezaré dividiendo las pérdidas en tipos.

Primero tenemos la pérdida más ligera que es cuando nos hacemos chaquetas mentales. ¿A qué me refiero? Andas con alguien, te entregas en cuerpo, corazón y alma, y la otra persona ni te pela, igual y sólo te busca para coger o desahogarse de los problemas cotidianos, y a veces ni eso. Eres una velita prendida más sobre su altar hasta que finalmente se aburre de ti y te manda a volar, encuentra a alguien que sí le interesa o simplemente no te vuelve a hablar. ¡Ojo! Esto aplica a hombres y a mujeres. Si reinitas, no sean hipócritas ni mustias porque también podemos ser bien cabronas y abusivas con los weyes que mueren por nosotras. Recuerden que no hay un cabrón sin un pendeja y viceversa. ¿Pero qué sucede? Nos tiramos al drama porque "perdimos" a la persona que tanto amábamos. A ver gente, no se puede perder algo que nunca se tuvo. En nuestra cabecita nos inventamos una relación inexistente y lo peor es que nos entregamos por completo a alguien que no merecía tanto. No traten como prioridad a quien sólo los trata como opción.

Segundo tipo de pérdida; el pleito. Esta pérdida aplica para todo tipo de relaciones; amigos, pareja, familiares, etc. Nos agarramos del chongo por equis razón y prometimos jamás volverle a hablar por ser una maldita persona hijadepú. ¿Suena familiar? Ajá, ¿y les suena todavía más familiar que la maldita persona hijadepú también tiene su versión de los hechos y que probablemente tú acabaste siendo más hiriente o más soberbio? ¡Ah! Por lo general somos tan ególatras que sólo vemos de la punta de nuestra nariz hacia adentro, pero no nos ponemos en los zapatos del otro y lo peor, incluso sabiendo que a veces nosotros tuvimos la culpa, no nos acercamos a pedir perdón por orgullo, pena o porque nos vale. Recuerden, en esta vida se trata de sumar, no de restar. En este rubro entra también el rompimiento con una pareja. La pareja viene de "par", o sea de dos. No se puede echar toda la culpa del fracaso al otro porque no es una relación masturbatoria, son dos dentro de una relación; un par y como tal, ambos tienen la culpa de una cosa o de otra. "El malo es él porque me pega". Pendeja, ¿por qué sigues con él? ¿Ven a lo que me refiero?

El tercer tipo de pérdida es la pérdida física de un ser querido. Aquí sí ya es otro boleto. La muerte nos hace tener una montaña rusa de sentimientos en un tiempo relativamente corto, lo sé por experiencia. Yo perdí a mi mami hace 12 años en un accidente verdaderamente estúpido y a mi papá... bueno, no se murió pero no figura en mi vida, entonces para el caso es lo mismo. Cuando alguien muere, primero sentimos un dolor insoportable, una tristeza que estamos seguros de que nunca podremos superar, una depresión que incluso nos hace pensar en el suicidio para estar con el ser querido. Este sufrimiento después se convierte en ira, en odio hacia la persona. ¿Por qué me dejaste solo en este mundo? ¿Cómo te atreviste a dejarme con este dolor? ¿Por qué fuiste tan pendejo y te mataste así? Aquí también nos enojamos con Dios (para los que creen y aplica a ser/es superior/es de su elección), con los demás, con nostros mismos... estamos en un lugar muy oscuro. Después de la ira empezamos a percibir con un poco más de claridad y volvemos a llorar, pero con resignación. Nos cae el veinte de que la persona no está físicamente y la extrañamos muchísimo, pero entendemos que la muerte es parte de la vida y que además nadie se salva; TODOS NOS VAMOS A MORIR. Finalmente, llega el punto donde aprendemos a llevar una vida feliz y sana. No dejamos de extrañar a nuestros seres queridos y en ocasiones les lloramos, sobre todo en eventos especiales. Dependiendo de las creencias de cada quien, incluso nos reconforta el hecho de saber que algún día volveremos a estar juntos. Ahora, esta pérdida no se limita a humanos. Si son como yo, la pérdida de una mascota entra igual, incluso si al otro día tienen otra, nunca podrá reemplazar a la que se fue. Yo no puedo imaginar mi vida sin mis gatos, pero soy realista, algún día se irán y sé que me dolerá.

Finalmente, y la más peligrosa, es la pérdida de nuestra identidad, que sucede al sufrir cualquiera de las anteriores. A veces somos tan egoístas que nos preocupamos sólo por nuestro dolor y nos vale queso si la otra persona también resultó herida, si la persona que murió estaba sufriendo mucho o si en realidad nosotros éramos stalkers obsesivos y no que la otra persona no nos pelara. ¿La neta? A quién le dan pan que llore, pero también se hartan de tener a sus perritos falderos, ¿eh? Todos nos hartamos... Con esto en mente, defino la pérdida de nuestra identidad con las siguientes preguntas para que cada quien se las conteste, si aplica. Si por lo general somos buenas personas, ¿por qué nos volvemos súper culeros cuando nos peleamos con alguien? Si por lo general somos personas fuertes ante circunstancias difíciles, ¿por qué no aceptamos a la muerte como lo que es; un suceso inevitable, y recordamos al muertito con gusto y alegría? Si por lo general hablamos de querer tanto a una persona, ¿por qué dejamos que nos pisen una y otra vez? ¡Pues porque no nos queremos y no podemos querer a alguien sanamente si no nos queremos a nosotros primero!

Ah pues sí, qué chido, se oye fácil pero entonces, ¿cómo le hacemos para recuperarnos de una pérdida? Para todos los tipos de pérdida mi opinión es:
  1. No darle el poder de nuestra felicidad, ira o tristeza a las acciones de alguien más. El dolor es inevitable, el sufrimiento es una opción y sólo nosotros debemos darnos el poder de ser felices o no.
  2. Perdonarnos a nosotros mismos para perdonar a los demás.
  3. Aceptar que TODOS llegan a nuestra vida para enseñarlos algo, pero eso no quiere decir que deban quedarse para siempre.
  4. ¡Desapego! Analizar la raíz de por qué no podemos funcionar sin la presencia de la otra persona. La culpa no la tiene el otro, la tienes tú porque sólo tú eres responsable de tus actos.
  5. Meterse bien en la cabeza que la vida no sólo es corta, es un proceso lleno de pruebas. El Universo JAMÁS nos pondrá una prueba que no podamos pasar y sí, cada vez las pruebas son más duras. Evolucionar se trata de eso.
Para terminar, quiero incluir como último punto de cómo recuperarnos de una pérdida, simplemente siendo felices. ¡LA VIDA ES UN REGALO Y ES DIVERTIDÍSIMA! Nunca hay una segunda oportunidad para una primera impresión; en otras palabras, cada día que pasa no se repetirá. Se nos dice que vivamos hoy como si fuera el último día. Bla, bla bla, yo no lo creo porque si supiera cuándo me voy a morir no haría lo que hago todos los días, ¡coño! Me la viviría diario con mi familia y amigos, no persiguiendo la chuleta de sol a sol y tirar la hueva frente a la tele o la computadora; sin embargo, sí puedo decidir cada día si quiero ser feliz o no, con mis amigos o con mi hueva.

Una vez alguien me dijo algo que cambió mi vida en ese instante. En una de mis crisis me preguntó: ¿Ale, cuál es la mejor venganza (contra la gente, la vida, Dios, etc.)? Yo mientras erróneamente pensaba en mil y un maldades, me contestó: "vivir bien".

Se los dejo de tarea.

Bendiciones.

6 comentarios:

  1. Para superer las pérdidas también hay que reconocer que todo en esta vida esta lleno de Estados, y que por ejemplo la muerte, incluso en su entorno fisiológico es un cambio de Estado. Cuando comprendes eso te es más fácil adaptarte a los nuevos estados de tu vida y por ende la manera en que te recuperas de una pérdida. Esa recuperación también es la transición a un nuevo Estado.

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  2. Claro Mario. Creo que cuando entendemos lo que le pasa a nuestro cuerpo en momentos de sufrimiento o de alegría, podemos superar los eventos negativos, aprender de ellos y disfrutar más los positivos. Gracias por tu comentario.

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  3. Pues hace mucho que saque la palabra necesitar de mi diccionario y ahora lo hago con la palabra "perder", nunca pierdes nada ni a nadie, auque mueran, sólo cumplen su misión dentro de tu vida. En el caso de las personas muchas pueden ser buenas experiencias y otras no tanto, el gran avance en mi vida ha sido dejar de pensar en negativo, nunca pierdes cuando te das cuenta de las enseñanzas que la vida te ha dejado. Y pues me gusta tu blog y mucho XD. Bruja

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  4. Muchas gracias por tu comentario Bruxita hermosa, me gusta como piensas y ese gran positivismo. Gracias por seguir mi blog, qué bueno que te guste. ¡Besos!

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  5. Muy cierto, qué razón tienes! Gracias :)

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